viernes, 9 de diciembre de 2011

Casos clínicos


CASO CLÍNICO N°1 


Paciente de 38 años de edad, sin antecedentes generales de importancia, quien cursaba un tercer embarazo con antecedente de un parto por cesárea en su primero y un parto de un mortinato (feto muerto ya sea en el nacimiento o en segundo trimestre) a las 33 semanas. El embarazo actual cursaba normalmente hasta la semana 29 cuando la paciente describe disminución de movimientos fetales de tres días de evolución. Se realizó un perfil biofísico el cual se calificó en 4/10 por ausencia de movimientos fetales y respiratorios, el líquido amniótico y la placenta fueron normales. La paciente se hospitalizó con la idea de continuar la vigilancia fetal y 24 horas después se realiza nuevo perfil biofísico el cual nuevamente se interpretó como 4/10 por ausencia de los mismos parámetros previos, pero llamaba la atención un incremento en la línea de base a 160 latidos/min y una pequeño aureola de ascitis en la cavidad abdominal fetal. El CH de ese día revelaba una leucocitosis de 14.700 con N-89 y L-8 y una PCR (+) en 30 mg/dl. Ante la sospecha de una corioamnionitis se realizó una amniocentesis obteniendo 10 cc de líquido amniótico turbio oscuro el cual se envió para gram, glucosa y cultivo. Posterior a la punción la monitoria evidenció la presencia de actividad uterina leve y desaceleraciones variables profundas, las cuales se interpretaron como sufrimiento fetal agudo motivo por el cual la paciente fue llevada a cesárea obteniendo un neonato de sexo masculino de 1490 g de peso y 40 cm de talla. Llamó la atención el aspecto gris-verdoso de la placenta la cual se envió a patología. La paciente es cubierta con sulbactam-ampicilina y evolucionó
en forma satisfactoria. El resultado del gram se obtiene dos horas mas tarde reportando cocobacilos gram (+) +++, PMN 7-9 /campo y una glucosa en líquido amniótico de 7 mg%. El cultivo reportado 48 horas después evidenció L. monocytogenes. 


A la unidad de recién nacidos ingresó un neonato de sexo masculino, en mal estado general, bradicárdico sin esfuerzo respiratorio, con sangrado por boca y nariz; posterior a reanimación se decidió intubar. Llamó la atención lesiones de carácter pápulo eritematoso diseminadas en todo el cuerpo. Se tomó cuadro hemático compatible con infección bacteriana y rayos X de tórax. Con diagnósticos de recién nacido pretérmino con peso adecuado, sufrimiento fetal agudo, síndrome de dificultad respiratoria secundario a membrana hialina, sepsis neonatal temprana, piodermitis, riesgo metabólico, se manejó con líquidos endovenosos, dopamina, vitamina K, gluconato de calcio, transfusión de glóbulos rojos, ampicilina- gentamicina, fenobarbital, y se aplicó una dosis de surfactante. El paciente presentó deterioro progresivo de su estado general y falleció a las 25 horas de nacido.



CASO CLINICO N°2


Paciente de 25 años, FO (fórmula obstétrica: gestación, abortos, partos): G1A0P0, sana, cursando embarazo gemelar de 22 semanas. Consultó por cuatro días de cefalea intensa y lumbalgia, a lo que se le agregó las últimas 24 horas fiebre hasta 38 °C y escalofríos. Se realizó estudio de LCR que resultó normal. Hemograma con 17.000 leucocitos/mm3 y 9% baciliformes. VHS 39 mm/h y PCR 3,5 mg/dl. Los cultivos de sangre y secreción vaginal fueron positivos a L. monocytogenes serotipo 4. Se trató con penicilina y gentamicina. Evolucionó con dinámica uterina, pérdida de líquido amniótico (LA) y sangre por la vagina. Requirió tocolisis y finalmente cesárea a las 25 semanas. Los dos RN (550 y 600 gramos, respectivamente) evolucionaron con signos de sepsis neonatal precoz, controlándose con apoyo intensivo y antibacterianos. Tanto la madre como los dos RN egresaron en buenas condiciones.


OBSERVACIONES

Una de las principales diferencias que se da a conocer fácilmente son los  tiempos de diagnóstico ya que la realización de una amniocentesis para confirmar este debería realizarse en forma rápida ante la disminución o ausencia de movimientos fetales y respiratorios en el perfil biofísico. Un resultado  gram positivo sería suficiente para iniciar un tratamiento. Así mismo la administración de glucocorticoides tan rutinizado en nuestro medio en el manejo de pacientes con amenaza de parto pretérmino debería ser postergado hasta que se descarte el proceso infeccioso


Los síntomas que presenta esta enfermedad son múltiples y pueden ser fácilmente encubiertos ya sea por síntomas propios del embarazo o de patologías leves como una simple gripe


Puede llegar a ser de gran importancia   establecer un tratamiento antibiótico in útero una vez realizado el diagnóstico, ya que  podría prolongar el embarazo incluso hasta el término de este.


Los antecedentes del paciente, ya sea enfermedades que aumentan la prevalencia o escenarios adversos anteriores (abortos, mortinato, etc) deben ser considerados ya que pueden incidir directamente en el desarrollo de esta patología.




Fuente:

Departamento de Obstetricia y Ginecología. Hospital Materno-Infantil. Complejo Regional Hospitalario Carlos Haya. Málaga. España.

2 comentarios:

  1. Hay que tener en consideración que la listeria es un microorganismo resistente y puede sobrevivir e incluso seguir desarrollándose en temperaturas bajas, por eso es importante el proceso de manipulación y de la producción de los alimentos, para poder así evitar la listeriosis.
    El adquirir el hábito de comer una dieta sana y nutritiva será beneficioso para la embarazada y su bebé. Es importante recordar que constantemente salen a la luz nueva información sobre inocuidad alimentaria. Las recomendaciones y precauciones se actualizan a medida que los científicos adquieren más conocimientos en materia de la prevención de intoxicaciones alimentarias.
    Alejandro.

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